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Desde la época de los cazadores-recolectores del período Paleoindio, el hombre estableció puntos de referencia en el paisaje para identificar el nacimiento y el ocaso del sol, construyó senderos para acceder a determinados recursos de valor ceremonial, e incluso grabó en la superficie de las rocas aquellos símbolos de sus creencias.
Los vestigios del arte antiguo grabado en piedra se conocen con el nombre de petroglifos, y han sido registrados por la Arqueología en todo el planeta. En el Ecuador, la región que contiene el más grande testimonio de arte en piedra es la Amazonía.
Estos símbolos son la huella de culturas ancestrales en granito o granodiorita con grabados amorfos y polimorfos, herencia de las poblaciones nativas que habitaron hace miles de años en lo que hoy es conocido como el "Valle Sagrado de la Anaconda" y que hasta estos días son utilizados por Shamanes para sus ritos de sanación o curación y por brujos o hechiceros para sus ritos de maleficios.